viernes, 20 de octubre de 2023

Promoción Exodus XXII 1989-1990 del Colegio Santa Rosa de Lima cumple hoy 33 años de graduada


Permanece como la primera graduación del emblemático centro de estudios, que inició la década de 1990. 

Dicen que en un abrir y cerrar de ojos pasa media vida y ciertamente hoy es una esencial fecha que valida lo previamente expuesto. 

Una fecha como hoy, pero sábado 20 de octubre de 1990, fuí parte de los 34 jóvenes que conformábamos la Promoción Exodus XXII 1989-1990 del Colegio Santa Rosa de Lima de esta ciudad. 

Parece increíble, pero ya han transcurrido 33 años de esa inolvidable vivencia que marcó la postrimería de una experiencia escolar con un millón de historias, merecedoras por sí mismas de una publicación individual por ser únicas. 

En el caso particular, el Colegio Santa Rosa de Lima fue mi segunda casa porque a nivel escolar, estudié únicamente allí desde que mi padre mandase a mi ahora fallecida madre a inscribirme en 1978.

De los compañeros que conocí de niño, figuran César Leandro Vicioso Nina, Rosa María Aquino Castillo y Alexandra Miguelina Armstrong Ferrer, quienes junto a un servidor, estuvimos desde primero de primaria y seguimos juntos hasta el cuarto de bachillerato.

Por gracia de Dios, aún somos amigos y cada cual ha tenido una vida ejemplar sumado a ese hecho, crear descendientes. Compañeros fugaces Merecen mención todos aquellos compañeros fugaces que estuvimos juntos por breves temporadas. Muchos que jamás volví a ver y otros que fallecieron, pero igual les recuerdo con amor y gratitud.

Cuerpo docente De los profesores que recuerdo podría citarte a Ana Guerrero, quien nos dio clases en kinder y luego en primaria. En ese orden a Luz María Amparo y a Aveneida Sierra de Guerrero. También en su haber (entre 6to. de primaria hasta el bachillerato): Iris Aquino, Ernesto Tolentino, Félix Severino, Mary Rijo, Solania Zapata, Margarita Manzanillo, Jesús María Padua Rijo, César Martínez, Juan Montes de Oca, Hipólito Vásquez, Martha Wilson Hamilton y una mención especial a María Altagracia Güilamo "Tatica", quien fungió como orientadora en múltiples charlas conforme íbamos atravesando el bachillerato.

Nota: Los profesores de Religión usualmente eran monjas y sus estadías eran muy esporádicas, por lo que no recuerdo nombres de ninguna en particular. 

Director

En nuestra vida escolar Santos Guerrero Mendoza "César", fue el director de mayor data en esa posición en el colegio y quien siempre mostró interés en brindar toda la ayuda requerida que estudiante alguno necesitase. Imperativo destacarle.

¿Por qué Exodus XXII?

El nombre no fue al azar: El término fue elegido en latín para darle un carácter de importancia histórica y es que al tratarse de una partida colectiva, propuse ese nombre y fue aceptado a unanimidad. Lo de XXII, es porque se trataba de la graduación número 22 que emigraba del Colegio Santa Rosa de Lima en ese momento.

Del grupo que nos graduamos, algunos residen fuera del país, en Estados Unidos mayormente, y el mayor porcentaje restante permaneció en el país, una parte de éstos en Santo Domingo. 

Otra diseminada en otras provincias, siendo La Romana con principalía del fragmentado grupo.  

Ahora y mirando atrás veo orgullosamente a personas de bien ante su comunidad y un satisfario resultado eventual de la inserción de un selecto grupo de hombres y mujeres profesionales insertados en el aparato productivo del país destacándose en áreas administrativas, de educación, a nivel militar, medicina, eclesiástica, medios de comunicación, ingenería civil, inginería en sistemas, diseño gráfico y publicidad. Personas de bien ante su comunidad.

Huáscar Rodríguez y Marcos Sánchez.

Estando en la Distribuidora de Gomas Trinidad, de la Avenida Santa Rosa de Lima de esta ciudad, coincidí gratamente con Huáscar Enrique Rodríguez Agesta, ex compañero de la mencionada promoción y encima de eso, el Presidente del Curso en la época del bachillerato.

Tras iniciar un diálogo que parecía no tener caducidad, me preguntó en un aparte: "¿Cuántos años cumplimos hoy de graduados?"

Por unos escasos segundos vacilé la respuesta, mientras buscaba en mi memoria la fecha del día de hoy y así ratifiqué el hecho de redactar esta publicación una vez me añadió: "Escribe algo al respecto".

Agradecer a Dios por permitirme escribir estas líneas y también por conceder el encuentro con un gran amigo y ex compañero que muy a pesar de los años, el saludo va siempre incluido de un fraterno abrazo.

Al resto de mis compañeros, extender el gesto y recordarles la gratitud que recibí de todos sin excepción, ya que viví historias individuales y espectaculares con éstos.

Treinta y tres años es efectivamente media vida y con páginas llenas de pura, sana y sincera alegría, lo es aún más porque faltarían hojas digitales para escribir lo vivido siendo parte de lo que eventualmente se convirtió en Exodus XXII.

¡Un abrazo compañeros!